TEA: Trastorno del Espectro Autista

 


Al preparar esta entrada no me ha resultado fácil elegir el tema. Afortunadamente no tengo personas cercanas con diversidad funcional así que no tengo una sensibilidad especial por alguna en concreto. He elegido el TEA porque estuve trabajando en una empresa que tenía un programa con APTACAN de inserción sociolaboral de personas con TEA, entonces venía unos pocos días a la semana un chico junto con su "monitor" o "cuidador" a trabajar desempeñando algunas tareas sencillas en el almacén, como la preparación de pedidos. Mediante este programa se pretendía normalizar la vida de una persona a la que le costaba un trabajo enorme darme los buenos días pero podía colarse en mi laboratorio a cerrar un cajón que siempre quedaba mal encajado para luego seguir su camino.

Según la Fundación Adana, "Los Trastornos del Espectro Autista, se definen como una disfunción neurológica crónica con fuerte base genética que desde edades tempranas se manifiesta en una serie de síntomas relacionados con la interacción social, la comunicación y la falta de flexibilidad en el razonamiento y comportamientos. El grado de gravedad, forma y edad de aparición de cada uno de los criterios va a variar de un individuo a otro, definiendo cada una de las categorías diagnósticas. A pesar de las clasificaciones, ninguna persona que presenta un TEA es igual a otro en cuanto a características observables."

El TEA no tiene una afección anatómica directa más allá del andar cabizbajo para evitar el contacto visual con otras personas. La principal afección es a nivel funcional, sobre todo participativo. Hay alumnos TEA que no son verbales, a muchos les resulta complicado iniciar una comunicación social y tienen dificultades para estimar correctamente el espacio personal. Algunos no tienen contacto visual y pueden tener dificultades de atención.

Es cierto que cada persona es diferente, hace poco mi hermano estuvo en una especie de campamento para músicos y el día de la presentación una persona se levantó y le dijo a todo el grupo que sufría TEA, para explicar y justificar que en ocasiones pudiera estar ausente del grupo a nivel mental. Esto es lo que se llama "autorregulación" cuando hablamos de personas autistas.

Existen una serie de pautas que se pueden aplicar en el aula para facilitar que estos alumnos se sientan lo menos incómodos posible. José Ramón Alonso, coautor de ‘El Autismo: reflexiones y pautas para comprenderlo y abordarlo’ y experto en neurociencia, ofrece consejos para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado TEA:
  • Adapta lo que se pueda de la enseñanza a su aprendizaje y aprovecha, como con cualquier otro niño, sus fortalezas y sus peculiaridades.
  • Organiza las cosas paso a paso, en orden, con una secuencia pautada, bien concretado todo.
  • Da instrucciones muy claras. Por ejemplo, es mucho mejor decir algo como “dejad los lápices, cerrad los cuadernos y poneros en fila para salir al patio” que “hoy hace muy bueno. Vamos a dar la clase fuera. Tan pronto como terminéis de escribir, dejad lo que estáis haciendo y vamos para la salida”; es, una instrucción mucho más enrevesada para el alumno.
  • No des nada por asumido: es posible que haya escuchado las instrucciones pero no las comprenda o que ayer lo tuviera claro y hoy ya no.
Y por aquí os dejo este artículo con muchas ideas sobre adaptaciones curriculares a alumnos con TEA en Formación Profesional y Bachillerato.

Como pequeña conclusión, no dar nada por hecho y conocer al alumno antes que nada, aunque siempre está bien tener un conocimiento previo para enfrentarse a según qué situaciones.

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